domingo, 6 de marzo de 2011

DESORDEN

Acumulé los restos del naufragio
antes de que amaneciese,
metiéndolos en una maleta
que desteñía rabia y sombras.

Eran como cuerpos inertes
que luchaban por tener un espacio
en algún lugar de mi memoria,
que cansada repartía al trote,
entre lo engañoso y lo deseado.

Pero ya no quería equivocaciones
que soberanamente caras me había costado hacerlas.
Pero, ¿cómo no volver a hacerlo?
Lo errado está tan unido a lo perfecto
que siempre nos confundirnos,
siendo casi imposible no volver a intentarlo y enmendarlo.

Por eso, en la maleta,
prueba fehaciente de que ocurrió tan cruel desatino,
se unen unas y otras causando un desorden
entre el corazón y la mente
con una dificultad muy intensa de no poder diferenciarlas.
Porque los impulsos de un corazón a retazos pueden,
a menudo, guiarnos a lo que no es correcto.

domingo, 20 de febrero de 2011

ACCIONES EN PARALELO

Un plan infinito cubre hoy mi ánimo
que, a veces, sita dormido.
Aún no lo he visto, ni siquiera imaginado
pero guardo un espejismo, de una milésima en mi mente
que sigue su camino de no enterrar nada, cuando algo se quiebra,
sino capturar y guardarlo en un lugar secreto.

Esquirlas de sufrimiento, por todo lo que creo perdido.
Ya que confirmar algo, en esta ida, es como apresurarse a un desierto,
creyendo que allí habrá todo lo deseado por vida.

Buscando siempre hacer nuestras acciones en paralelo
para que ni siquiera, el aire pueda cruzar semillas negativas
durante los impulsos de un corazón que, a tientas,
se cree vivo cuando piensa que no todo está perdido.

jueves, 17 de febrero de 2011

INSTANTE TUYO

El mundo y la felicidad, está lleno de instantes.
Como el roce de tus labios cuando va a rescatar un beso.
La brisa algodana, que sucede, al tocar levemente, una piel en tu mano.
La mirada intensa de la noche, que no sabe, de la otra mirada que la guarda.
De la música, lejana y cercana, que surge de tus palabras.
De tus pensamientos ajenos en mi memoria que sospecha y anhela el poder estar juntos.
Sólo necesito un instante tuyo para ver las tardes que siempre mueren en el ocaso.
¿Me lo prestas?